Mucho tiempo había pasado ya desde que abandonamos el remoto pueblo de Danvers, en el condado de Salem, con aquella sensación de no haber terminado del todo con el trabajo que se nos había encomendado.
Aquella pobre familia había sufrido mucho ya en esta vida, y ese pobre niño... parecía como si su destino estuviera grabado en fuego con la marca del oscuro Señor Negro; pues ya desde pequeño, un grupo de fanáticos adoradores del demonio quisieron ofrecer el alma del pequeño Jeremy al oscuro señor de la oscuridad.
Todo empezó un fin de semana en el que la familia Myers, confiando en su por aquel entonces niñera habitual, salieron una noche a cenar a la casa de unos parientes y dejaron a Jeremy al cuidado de Sandra Petersen. Nadie podía sospechar entonces las atrocidades por las que habría de pasar nuestro pequeño, hasta que se resolvió su fatal desenlace...
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